viernes, 2 de octubre de 2009

Amores clandestinos, secretos, amores reprimidos, prohibidos, amores furtivos, pasionales, amores tormentosos.
Un amor clandestino es un escape constante, es incomodidad, adrenalina, tensión. Es ojos que no ven pero corazón que presiente, es un momento privado, inconfesable.
¿Quién no tuvo un amor secreto, clandestino?¿A quién no lo enciende un amor pirata?
Mi amor es un amor pirata, así como un parásito que se alimenta de chocolates y de llanto y de soledad pero sin besos ni palabras ni nada.
Cuando amamos, el corazón del otro es un tesoro, y cual piratas queremos arrebatar ese tesoro sin importar si tiene dueño o no.
Nos atrae el amor clandestino, secreto, porque el amor cómplice se hace más fuerte, más nuestro y solo nuestro. La complicidad es un guiño, una aventura, y al amor le encanta la aventura.
En el secreto cómplice hay libertad, porque escapamos de la mirada de los demás y nos permitimos ser libres, rebeldes, aventureros como los piratas. El amor secreto es mágico, cuando deja de ser secreto se vuelve real, y el amor real es un poco más complicado.
El amor pirata no conoce el miedo, aborda, conquista, arrebata y roba. Y a veces paga las consecuencias.
Un amor pirata es un amor que no puede ser y es por eso que nos atrae tanto.

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